miércoles. 31.05.2023
FIN CIE

El buen negocio de las subvenciones (1)

* “Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan”, Robert Ingersoll

* La CIE anda sumida en el fangal del descrédito, allá adonde incluso los que caen muy bajo no llegan. Su pretendida rectitud quedó en simple aspiración y su aireado honor se oxida entre la quincalla de su nefasta gestión durante 29 largos e interminables años

 
 
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Han transcurrido diez días desde que el último escándalo de la Comisión Islámica se hiciera público, un tiempo que invita a pensar con detenimiento en lo sucedido, pero pocos son los que se sienten concernidos por unos acontecimientos que son el resultado de una gestión merecedora de los más agrios calificativos.

La CIE anda sumida en el fangal del descrédito, allá adonde incluso los que caen muy bajo no llegan. Su pretendida rectitud quedó en simple aspiración y su aireado honor se oxida entre la quincalla de su nefasta gestión durante 29 largos e interminables años.

No se trata de pedir dimisiones, como han hecho algunas federaciones, reclamación simple y sin más trascendencia que la de cumplir con cánones establecidos, pero ninguna de esas organizaciones ha mostrado atrevimiento a la hora de discernir sobre el fondo del asunto, que no es otro que el económico.

Parece que a nadie le interesa hablar de dinero, de todas esas subvenciones que año tras año vienen percibiendo de los fondos del Estado, y con deficiente justificación en muchos casos.

Hay quien se luce hablando de “daño a la imagen del Islam”, como si eso fuera cierto; otros, prefieren pedir que el presidente de la CIE “se aleje temporalmente”, tal vez convencidos de que esa retirada vaya a tener acción curativa. Y otros tantos que reaccionan a destiempo, difundiendo notas y comunicados de prensa en forma de muro de lágrimas, inmersos en quejas y reclamaciones que nunca realizan en momento y lugar. En el fondo, como hace una gran mayoría, prefieren callar, ausentarse, convencidos de que “todo pasará”, una vez más.

En estos momentos de brumas y tinieblas, también aparecen quienes piden a través de mensajes de WhatsApp que se haga lo posible para no sacar a la luz las “vergüenzas de los hermanos”,  blandiendo incluso aleyas del Corán, en un esfuerzo para legitimar su petición, y por si eso fuera poco,  preanunciando decretazo a fuego eterno a quien lo haga.

Nada hemos oído de las federaciones catalanas, de las valencianas, así como de otras muchas que andan agazapadas como aves temerosas de perder su pelaje. Nadie, absolutamente nadie, ha realizado una profunda reflexión sobre los acontecimientos que han violentado la paz y la pasividad de una CIE que ha demostrado sobradamente su incapacidad para atender debidamente los asuntos de los musulmanes de España, pues para hacer lo que ha hecho en 29 años, casi habría sido mejor ahorrarle al Estado esos 8 millones de euros que se embolsó y sin que se sepa a ciencia cierta a qué los destinó, amén de otras ayudas recibidas de ayuntamientos y certificadoras.

“Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan”, decía Robert Ingersoll”. Tiene toda la razón, pues algunos rezan mucho, pero ayudan poco, enmudeciendo cuando tienen que rendir cuentas sobre su gestión al frente de los asuntos de quienes dicen representar, en especial aquellos que figuran en listados de ayudas económicas.

Tras constatar la ingente cantidad de dinero recibido por las asociaciones y federaciones musulmanas entre los años 2005 y 2017, con cerca de 16 millones de euros, resulta en cierto modo “comprensible” que muchos permanezcan ausentes y sin el menor atisbo de responder a los gravísimos acontecimientos acaecidos en los últimos días en torno a la CIE, UCIDE y AME.

Aiman Adlbi es presidente de la CIE y de la UCIDE. Mohamed Hatem es miembro del Consejo Permanente de CIE,  tesorero de UCIDE, así como  el sucesor del difunto Tatary al frente de la presidencia de la Asociación  Musulmana de España (AME). Por cargos que no quede.

A Hatem, según algunos medios nacionales, se le intervinieron 130.000 euros en efectivo en un registro realizado en su domicilio. Se trata de un miembro de enorme relevancia en todo lo que rodea a CIE, UCIDE y AME. Los cargos de Hatem le sitúan como uno de los más aventajados a la hora de   intentar entender y comprender el sentido y la complejidad de las   muchas bifurcaciones que se dan en las tres organizaciones y su influencia en el enjambre asociativo musulmán existente en España, con más de 1.800 entidades religiosas inscritas.

Llama poderosamente la atención que CIE, UCIDE y AME compartan el mismo domicilio social, lo que invita a pensar que palpitan en torno a una misma esencia.

Es abiertamente manifiesto que UCIDE, una federación como cualquier otra en su conglomerado estatutario, es la plataforma sobre la que se asienta la CIE, pues gracias a ella mantiene un mayor número de miembros en su Junta Directiva y puestos en el Consejo Permanente, lo que le permite asegurarse la mayoría a la hora de las votaciones. Se trata de un ardid legal que se sostiene por el número de asociaciones registradas en el Ministerio de Justicia, ante el que nadie ha mostrado la voluntad necesaria para exigir, a día de hoy, una actualización real y vinculante de todas esas entidades, muchas de ellas en estado vegetativo y sin más vida que la entonación de su nombre.

La UCIDE también reclama su funesto protagonismo al ser una de las entidades que señala el Tribunal de Cuentas en su informe de 2017, a la que apunta como receptora de ayudas económicas no justificadas y no devueltas por importe superior a 84.000 euros. Sobre esto a nadie se le ha oído decir nada; menos aún, que dañe la imagen del Islam o bien que el encargado de las cuentas se aleje temporalmente.

Saldos deudores por reintegro de subvenciones 

Confesión

Deuda

Cobrado

Pendiente

 

Islámica

109.540 €

25.491 €

84.050 €

76,7 %

 

UCIDE es la federación que integra un mayor número de comunidades con deudas pendientes de cobro (94), siendo su origen convocatorias de los ejercicios 2006 a 2017.” (Informe Tribunal de Cuentas en materia de cooperación económica con las confesiones religiosas, 2017)*

Resulta inaceptable que la UCIDE no devuelva lo no justificado, contravenga las condiciones de la convocatoria y menosprecie el marco jurídico español. Qué decir entonces del debido respeto y cumplimiento de los principios y valores éticos propios del Islam, de los que tanto gusta hacer gala como entidad religiosa, como para que a su tesorero se le intervengan 130.000 euros en efectivo.   

Su pretendida legitimación se haya muy alejada de los designios y verdaderos objetivos de todas estas entidades especializadas en conocer todos los vericuetos de las subvenciones y su recorrido administrativo.

La Fundación Pluralismo y Convivencia (FPyC) es la entidad estatal encargada de conceder las subvenciones. El informe del Tribunal de Cuentas señala a FPyC como filtro no muy sobrado en rigor.

En la justificación de las ayudas concedidas en la denominada línea 1 a las tres federaciones con Acuerdo de cooperación con el Estado español (Comisión Islámica de España, …) se han observado deficiencias que impiden, por lo general, vincular los gastos justificados con las actividades o proyectos ejecutados”* (Informe del Tribunal de Cuentas)

CIE, UCIDE y AME han recibido importantes sumas de dinero que en absoluto, ha servido para mejorar las condiciones de vida de los musulmanes de España.

SUBVENCIÓN FUNDACIÓN PLURALISMO Y CONVIVENCIA, ASOCIACIÓN  MUSULMANA EN ESPAÑA AME

2005

31.200 €

2006

30.000 €

2007

24.000 €

2008

20.000 €

2009

11.500 €

2010

11.500 €

2011

9.240,60 €

2012

5.411 €

2013

5.700 €

2014

4.000 €

2015

2.800 €

2016

-

2017

2.900,62 €

2018

2.100 €

2019

3.640 €

2020

5.720 €

TOTAL

169.712,22 €

 

Sin embargo, las aspiraciones de estas entidades no conocen límites.  Sirva como ejemplo la cuantía solicitada por la CIE en la convocatoria de subvenciones correspondiente al año 2014, en la que solicitó una ayuda de 1.861.083,34 €.  Como respuesta a la petición de 1.861.083,34 €, a la CIE se le concedieron 214.000 en el año 2014, lo que lleva a preguntarse qué tipo de “mega proyecto” había presentado y que no mereció la bendición de FPyC. Libre es cada cual para sacar sus conclusiones.

Sin duda, sin el buen negocio de las subvenciones, la CIE no hubiera llegado a ser la CIE que hoy sufre la ciudadanía musulmana de España:

“El apoyo de la FPyC ha sido esencial para la estructura de la Comisión Islámica de España (CIE), especialmente en formar el equipo y al mismo tiempo, logísticamente hablando, etc., todo esto ayudó mucho a prosperar en la tarea de la CIE, sin ello no podríamos haber avanzado de verdad. Con los colaboradores juntos, con los coordinadores hemos podido atender a las comunidades en todo el territorio nacional”  (Riay Tatary, memoria de la FPyC 2019).

¿A qué estructura y a qué atenciones se refería el difunto Tatary?

En 2015, en una de las portadas de Cuarto Poder:   El Gobierno utiliza la subvención a los musulmanes para controlar el radicalismo

“La Fundación Pluralismo y Convivencia, que reparte las subvenciones oficiales a las confesiones religiosas minoritarias, realizará funciones de detección y control del radicalismo islámico”, aseguraba dicho medio.

“En este sentido, la inclusión de la Fundación Pluralismo y Convivencia, es considerada por los responsables de Interior una herramienta informativa útil en la medida que recibe información de las juntas islámicas, comunidades y mezquitas a las que canaliza distintas ayudas económicas”

https://www.cuartopoder.es/espana/2015/02/08/el-gobierno-utiliza-la-subvencion-los-musulmanes-para-controlar-el-radicalismo/

La instrumentalización de las ayudas conlleva una relajación a la hora de exigir justificaciones de rigor, así como que se amplía el grado de permisividad y generosidad a la hora de conceder las ayudas y su posible justificación, tal como afirma el Tribunal de Cuentas a la hora de referirse a los métodos de control de la FPyC.

El Gobierno tiene que atender las necesidades de los musulmanes, y no dejarlas en manos de quienes han demostrado una ineficacia absoluta.

Continuará

 
 

El buen negocio de las subvenciones (1)
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