
Que del cerdo se aprovecha todo no nos cabe la menor duda, pero que se utilice para producir determinados productos farmacológicos sin informarlo en su prospecto, causa desconcierto en no pocos consumidores.
El creciente uso del cerdo como recurso farmacológico explota sus infinitas posibilidades en un momento en el que las macro granjas porcinas se multiplican ocasionando no pocos problemas de contaminación ambiental.
Considerado como un fármaco de primera necesidad por la Organización Mundial de la Salud, cada año se utilizan 6.000 millones de dosis de heparina, salvando la vida de 150 millones de personas en todo el mundo. La heparina se extrae a partir de la mucosa intestinal porcina, y hoy por hoy no hay una alternativa clara a su producción de origen animal. Su capacidad anticoagulante no solo se utiliza para problemas tan graves como la trombosis venosa profunda, el ictus, la embolia pulmonar y arterial o el infarto de miocardio. También es vital para millones de enfermos renales en todo el mundo ya que es imprescindible que recubra todos los equipos de diálisis para evitar que la sangre se coagule en los conductos. Además, se ha comprobado que reduce de forma considerable la mortalidad en pacientes que ingresan con complicaciones respiratorias.
Debido al alto número de explotaciones porcinas en nuestro país, donde existe una de las mayores cabañas porcinas del mundo, España se ha convertido en el principal productor occidental de heparina, donde un cerdo produce el equivalente a una dosis de heparina para cinco días.
Además de ser fuente para la fabricación de heparina, también se utiliza la tiroides del cerdo para la extracción de la hormona tiroidea, su páncreas para la extracción de pancreatina para el desarrollo de medicamentos que luchan contra la fibrosis pulmonar, tumores pancreáticos o del duodeno, pancreatectomía total – extirpación de todo el páncreas-, bloqueo o estrechamiento del conducto pancreático o del conducto biliar.
La secretina, hormona extraída también del duodeno del cerdo, se inyecta en las personas para hacer pruebas a fin de detectar si hay alguna enfermedad del páncreas.
El reemplazo de válvulas cardíacas humanas por válvulas cardiacas de cerdo es otra práctica habitual, si bien como éstas no crecen una vez implantadas en el corazón humano, se deben practicar tres operaciones en niños que van creciendo y desarrollándose, colocando una válvula acorde a su crecimiento.
La glándula del páncreas del puerco proporciona importantes hormonas a la industria farmacéutica, tal como la insulina, empleada en el tratamiento de la diabetes, la cual aparece cuando el páncreas humano falla en la producción de suficiente cantidad de insulina para controlar el nivel de azúcar en la sangre. Actualmente las glándulas de páncreas de 132.000 cerdos producen un kilo de insulina pura, cantidad suficiente para tratar hasta 2.200 diabéticos en un año.
Otro de los medicamentos imprescindibles para la OMS es el surfactante, que se obtiene de los pulmones de cerdos y vacas y que se utiliza para tratar el déficit de ventilación respiratoria.
Tanto para uso alimentario como sanitario la producción ganadera y farmacológica mantienen una relación bien avenida. Las mismas cápsulas en las que se dispensan muchas medicinas son gelatinas obtenidas de la piel del cerdo y colágeno extraído de sus articulaciones.
Los consumidores deben contar con la información precisa de los productos que adquieren y consumen. Es deber de la industria dispensar un correcto etiquetado que informe de los componentes de sus productos detallando el origen vegetal, animal o sintético de los mismos.