
Muchas de las entidades bancarias que operan en la Unión Europea financian a la industria militar, cuentan con sedes en paraísos fiscales, favorecen la especulación financiera y amparan la discriminación salarial. La confianza de los clientes les sale barata a estas entidades cuando juegan con el marketing de una imagen verde y responsable. Afortunadamente, cada vez son menos los que se creen sus palabras enlatadas y rechazan estas prácticas en búsqueda de una gobernanza colectiva, de un porcentaje equitativo de mujeres en cargos directivos, de unas entidades que cuenten con planes de pensiones sostenibles, no cobren comisiones por mantener una cuenta corriente básica y articulen espacios comunes en red con otras entidades de finanzas éticas.
Si quieres conocer la diferencia entre el discurso y la realidad, te presentamos los Principios de las Finanzas Éticas para que elijas el uso que das a tu dinero y su impacto sobre la sociedad y el planeta.
Exclusión
Estas entidades no financian proyectos que vulneran los derechos humanos, sociales o ambientales. Así te aseguras que tus ahorros no se utilizarán para fabricar armamento o destruir el planeta.

Compromiso
No especulan buscando las ganancias inmediatas, sino que facilitan el acceso al crédito e invierten en la economía real. De esta forma hacen posibles proyectos transformadores que mejoran la vida de las personas.
Transparencia
Las finanzas éticas no tienen nada que esconder. La información sobre los sectores que financian es pública y accesible para toda la ciudadanía.
Participación
Los modelos organizativos buscan garantizar la participación igualitaria y democrática de todas las personas del proyecto, independientemente de la cantidad económica aportada. A menudo se trata de entidades cooperativas en las que una persona equivale a un voto.

Coherencia
Su funcionamiento interno y la forma de relacionarse con su entorno se basan en los valores de la cooperación y el respeto mutuo.
Si quieres más información accede a https://escaner.dineretic.org/es/