
El que fuera el primer instituto de toda España en impartir la ERI, la ha perdido. Lograda por la movilización de las familias y reconocida por sentencia judicial, ha dejado de formar parte de las asignaturas que se imparten este curso académico.
Han sido los propios alumnos quienes han comunicado la incompetencia y falta de conocimiento del docente a la dirección del centro. Muchas y reiteradas han sido las quejas que han manifestado en estos años los alumnos – y madres también- sin que la CIE hiciera nada.
Tras dos sentencias judiciales favorables (2017), cinco candidatos, propuestos y avalados por las comunidades islámicas de La Rioja, contaron con el visto bueno del presidente de la CIE, quien los remitió a la Consejería de Educación riojana para formalizar su contratación.
Aceptados por Educación para ejercer la docencia en 4 CEIPs y 1 IES, personados presencialmente en sus dependencias con el fin de validar la documentación necesaria para formalizar el contrato de trabajo, y a falta de un día de pasar el reconocimiento médico previo a su incorporación laboral, la CIE decidió excluir a la docente destinada al IES y nombrar a dedo a otra persona de la que nada se conocía, a excepción del vínculo patriótico y afectivo de su familia con el entonces presidente de la CIE.
“Excluida por mandato de la CIE”
Sin haber participado en el proceso de selección local, mucho menos presentado sus acreditaciones académicas ni idoneidad religiosa – requisitos fundamentales para poder optar a la candidatura como docente-, esta persona no contó con la conformidad de las comunidades islámicas locales. La CIE tomó la equivocada y maquiavélica decisión unilateral de deshacerse de una doctora en estudios árabes e islámicos con calificación “cum laude” por la Universidad de Córdoba, licenciada en filología hispánica y con una dilatada experiencia como docente e investigadora, por un licenciado en químicas desconocido en el ámbito de mezquitas y espacios religiosos, y cuyos propios alumnos tenían dificultad siquiera en entenderle en castellano.
Una mujer que obtuvo la promesa de la CIE de ser contratada en La Rioja, que dejó trabajo y casa trayendo a su marido e hijos, se encontró, de la noche a la mañana, totalmente despojada de su trabajo y arrebatada su dignidad por el capricho y favoritismo de una CIE que calló negándole una mínima explicación.
La CIE y sus discípulos
Proveniente de Ceuta, esta docente contaba con el certificado de idoneidad de Laarbi Al lal Maateis, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDE), y nada más y nada menos que actual vicesecretario de la junta directiva de la CIE y vicepresidente primero de la junta de UCIDE nacional, quien certifica que esta candidata, de nacionalidad española, “es idónea para impartir la Enseñanza Religiosa Islámica en los Centros públicos y concertados del ámbito de esta Federación y todo el territorio Nacional”. Preguntado al respecto, se desentendió del asunto dando la callada por respuesta negándose a dar explicaciones y defender a quien él mismo había avalado.
Una notica de la que se hizo eco la prensa local de la ciudad de origen de la candidata y que no tiene desperdicio https://elfarodeceuta.es/cie-retira-permiso-profesora-islam-profesora-ceuta-la-rioja/
La injerencia, abuso de poder y oscurantismo con el que actúa la CIE tiene terribles consecuencias. La ERI es ejemplo y víctima de ello. Los perjudicados, ciudadanos con nombres y apellidos utilizados cuando resultan de provecho y abandonados cuando ya en ellos no se vislumbra beneficio.
Mientras el hedor a podredumbre, corrupción y prácticas mafiosas emana de la calle Anastasio Herrero y sus filiales, algo está cambiando: las familias y los alumnos empiezan a alzar su voz de protesta, no solo acerca de la ERI, sino también ante una “representatividad” impuesta que no han elegido y de la que reniegan en masa.
Viene siendo hora ya de que las administraciones públicas escuchen a los ciudadanos musulmanes y empiecen a reprobar a una Comisión Islámica que se mueve entre tinieblas gracias a las subvenciones del Estado.
Que la CIE emita certificados de idoneidad resulta grotesco e inaceptable para cualquier razón, pues sus miembros son los primeros que deberían someterse a ese tipo de títulos, en los que, a buen seguro, no alcanzarían la nota mínima. Es el mundo al revés.