
Mohamed Mustafa, leal y fiel escudero de Mohamed Ali durante muchas batallas políticas, heredero de unos ideales políticos en los que intervino durante su gesta y consolidación, enarbola hoy el estandarte de una formación que busca no ser clon de episodios pasados, en busca de personalidad propia, que ansía un espacio específico para fabricar y ejercer un modelo de política tan necesario en una ciudad sobre la que penden un gran número de amenazas, siendo, tal vez, la que más preocupa, aquella que hace sombra a su peculiar forma de convivencia, eso que algunos llaman interculturalidad, diversidad, entre otras definiciones tan etéreas y a la vez insoslayables.
Mohamed Mustafa encarna un perfil de hombre conocedor de la política ceutí, un tajo que domina con soltura y mejor sapiencia.
Islami.es entrevistó a Mohamed Mustafa, presidente de Ceuta Ya!
Entrevista
Pregunta.- Su partido cumple diez meses, ¿Qué resumen hace de todo este tiempo?
Respuesta.- Mi balance es muy positivo. Creo que hemos sido capaces de trasladar la idea de nuestro proyecto: una iniciativa progresista, fundamentada en la interculturalidad y compuesta por un equipo joven y preparado. Han sido diez meses de mucho trabajo, con una actividad parlamentaria muy intensa y las labores propias de la "construcción" de un partido. Sinceramente, y aunque no sea muy modesto por mi parte, considero que aprobamos con nota.
P.- ¿Cómo está la ciudad y cómo ve su futuro?
R.- La ciudad está mal. Siento decirlo, pero es así y creo que solo los más incondicionales de Juan Vivas pueden decir algo diferente. Otra cosa es que entre las diferentes voces con una lectura crítica sobre la situación de Ceuta, tengamos diagnósticos diferentes. Hay quienes piensan que a Ceuta le perjudica su diversidad. Yo creo que lo que nos mata es la atroz e insoportable desigualdad que padecemos. ¿Cómo veo el futuro? Como siempre en política, dependerá, en gran medida, de lo que seamos capaces de hacer como pueblo. En Ceuta Ya! tratamos de hacer pedagogía, huyendo de discursos tal vez rentables electoralmente pero nocivos a nivel social. Lo que nos ha hecho quedarnos solos contra el PGOU, contra los planes estratégicos de PP y PSOE, en nuestra visión sobre la inseguridad o en la cuestión de la excepcionalidad de Schengen, por ejemplo. Pero no nos importa. Lo importante son las convicciones, no su rédito a corto plazo.
P.- Ceuta es una ciudad que sigue liderando los índices más negativos, ¿Qué balance hace usted de los años del presidente Vivas?
R.- Soy, y siempre he sido, muy crítico con el Partido Popular. No sorprendo a nadie: soy una persona de izquierdas. El PP, la derecha en general, se fundamenta en la desigualdad, en la negación de las estructuras que hacen que unos lo tengan todo mientras otros no tienen nada. La extrema derecha solo puede germinar sobre el erial social y la ruptura de vínculos comunitarios que causan las políticas neoliberales. Y ahí son culpables, aunque en diferente grado, tanto PP como PSOE.
P.- Hace unos días, en un paseo por el extrarradio de la ciudad con un amigo japonés, este se sorprendió de cómo estaba todo, llegando a afirmar: “En Japón esto es impensable”, ¿Piensa usted que la ciudad está en estado de abandono, que los políticos actuales son incapaces de formular soluciones reales ante el deterioro y las carencias que presenta la ciudad?
R.- Hace nueve meses, hicimos que el Gobierno se comprometiera con nosotros públicamente, en el Pleno, a acometer una "actuación de urgencia" para arreglar las fachadas de los bloques de Príncipe Felipe, que se caen literalmente a pedazos. El otro día, amanecimos con la noticia de que un vecino, ante el último desprendimiento, salvó la vida de milagro. Es una constante en este Gobierno. El abandono de las barriadas periféricas es un hecho irrebatible. Pero no es un problema de "políticos actuales" o "políticos pasados". Es un problema de ideología. Las ideologías, basadas en principios morales y análisis sociales, son las que determinan las prioridades políticas. El PP prefiere regalar 30 millones a un empresario amigo que luchar contra la desigualdad. Es, sencillamente, su ideología.
P.- Los continuos enfrentamientos en los plenos no facilitan la toma de decisiones de forma serena, como sería deseable, ¿Qué piensan hacer al respecto y qué medidas proponen para contrarrestar el discurso de la extrema derecha?
R.- Soy muy crítico con eso de "la polarización" o "la crispación". El problema no está en que los representantes de la ciudadanía discutamos abiertamente incluso con vehemencia. El problema está en blanquear discursos. Discursos que son contrarios a los principios democráticos y pluralistas más elementales. No hay "crispación política"; hay una panda de fanáticos que convierte cada pleno en algo profundamente desagradable. Nosotros propusimos que ningún grupo contestara a sus provocaciones, hacerles el vacío, no regalarles "videos" ni esa mal llamada "crispación". Hubo una ocasión en la que se nos hizo caso y el resultado creo que fue positivo. El resto de grupos decidió no continuar con la experiencia, entiendo que atendiendo a sus propios intereses partidistas. Ellos sabrán.
P.- Escuchando a los líderes de la delegación de la extrema derecha en Ceuta hace el efecto de traslado a otra época, es como si el odio y el racismo decidieran modular un mismo cuerpo. En su calidad de politólogo, ¿Cómo explica usted que existan en Ceuta seguidores de este tipo de discursos? ¿Hay odio y racismo en Ceuta?
R.- Es un "signo de los tiempos" que obedece a diferentes razones cuyo análisis sobrepasaría con creces el espacio de esta entrevista. Trump ganó unas elecciones y es posible que vuelva a presentarse y a ganar. Tenemos a Bolsonaro en Brasil, a Lepen con una fuerza enorme en Francia, a Orban, a la extrema derecha italiana pisando fuerte. No es un problema único de España y mucho menos de Ceuta, aunque en Ceuta hay ciertos elementos que permiten explicar ese "extra" de popularidad de las ideas de extrema derecha. Hablamos de una ciudad conservadora en la que durante veinte años el PP ha gobernado "con mano de hierro" arrinconando a quienes decíamos que existía un problema que había que solucionar, que la convivencia era muy mejorable, que mucho de su electorado albergaba ideas extremistas que era necesario combatir a través de políticas que reforzasen nuestros vínculos. Al señalar esto nos acusaban, paradójicamente, de dividir. Es curioso. Denunciar la división y exigir políticas de unión era -y sigue siendo- catalogado de esa manera. Los que pedimos unidad somos acusados de dividir. Puro estilo orweliano.

P.- Usted recogió el testigo de Mohamed Ali, ¿Qué supone para usted la asunción de esta responsabilidad y hasta qué punto entiende que sus propuestas son beneficiosas para el conjunto de los ceutíes?
R.- Estoy convencido de que el tiempo hará justicia con Mohamed. La importancia de su figura en las casi últimas dos décadas no alberga dudas, ni siquiera entre sus adversarios, y aquí me refiero a los que son honestos con sus principios. Dicho esto, creo que Ceuta Ya! debe transitar su propio camino. Obviamente, somos herederos y deudores de quienes nos precedieron: de la lucha localista de izquierda encarnada en el PSPC, de la causa por los derechos civiles representada, en gran parte, por la UDCE y la figura de Ali. Nos reconocemos en Caballas y también en el impulso regenerador y progresista que a nivel nacional significó el 15M y que también tuvo sus efectos movilizadores en Ceuta. Somos una nueva fuerza pero venimos de dónde venimos y creemos que nuestras propuestas son las mejores porque son las que mejor entienden la diversidad de nuestro Pueblo.
P.- Resulta sorprendente que la Ciudad siga subvencionando con dinero público a la práctica totalidad de los medios de comunicación ceutíes, lo que pone en entredicho su imparcialidad, independencia y objetividad, pues estará de acuerdo conmigo en que una de las virtudes de un periódico es incomodar en la medida de lo posible a quienes ejercen el poder, ¿Qué piensan hacer al respecto?
R.- Es un problema, pero no es mayor que el que se da en medios privados sin subvención pero que responden a los intereses de sus dueños. Nosotros hemos sufrido el "silencio informativo" de ciertos medios cuando decidimos criticar a ciertos anunciantes poderosos. Desde el ámbito local, lo que se puede hacer seguramente sea bastante limitado, pero desde luego el camino debe ir en la senda de lograr medios públicos pero no "gubernamentales". Algo perfectamente posible. Es posible explorar vías que nos lleven a diseñar leyes de medios que permitan a los profesionales, manteniendo su línea editorial, ser independientes tanto de los gobiernos de turno como del poder del dinero, así como la represalia legal hacia quienes basan su "periodismo" en la mentira.
P.- La marcha de Manuel Hernández ha sido polémica, y cuando menos, sorprendente, el partido parece sumido en la complacencia hacia Vivas, y salvo alguna regañina a los de Vox, el PSOE poco o nada transmite como oposición, ya casi en el abismo de la irrelevancia política, ¿Qué opinión le merece la actitud del partido mayoritario de la oposición? ¿Está faltando a su responsabilidad ante sus electores por su pasividad y por sus continuas bendiciones a las políticas del presidente Vivas?
R.- Yo no me atrevería a hablar de "irrelevancia política". Menos cuando de momento el PSOE disfruta de siete diputados y Ceuta Ya! sólo de uno, una relación de fuerzas que, estoy convencido, cambiará después de las próximas elecciones. Dicho esto, es cierto que el PSOE está desdibujado como oposición y todos y todas consideramos que, más bien, es gobierno. Intuyo que intentará, de manera intensa, que esto cambie en los próximos meses según se acerque la fecha electoral. El PSOE decidió "gobernar" con el PP para así, en teoría, evitar que la extrema derecha ocupase ese espacio. Eso es algo positivo, pero no puede ser una excusa para absolutamente todo. Por ejemplo, para apoyar una escuela de pilotos infame a la vez que se rechazan todas y cada una de las propuestas progresistas que Ceuta Ya! planteó durante el debate sobre la modificación de crédito. Pareciera que el PSOE está más preocupado de combatir a la izquierda que a la derecha. De combatirnos a nosotros, de rechazar nuestras propuestas y apropiarse otras que no son suyas para poder presumir, en exclusiva, de "utilidad". Es una postura miope, irresponsable y contraproducente.
P.- La reapertura de las fronteras no se ha traducido en aliciente económico para la ciudad, incluso ya nadie habla de la prometida aduana comercial, ¿Qué opinión le merece la actual situación fronteriza? ¿Habrá aduana comercial? ¿Cuáles son sus propuestas para que ambas fronteras no sean un obstáculo para el desarrollo socioeconómico de ambos lados?
R.- Nosotros siempre hemos sido defensores de la aprobación de un nuevo Tratado de Buena Vecindad que sea capaz de generar una zona acolchada de contacto económico beneficioso para ambas partes, riguroso con los intereses de los dos países y un espacio donde los derechos humanos se protejan. Desgraciadamente, esto que se desprendía en el inicio de las denominadas nuevas relaciones bilaterales, no se ha materializado, o al menos no en la intensidad que se debiera.
P.- Hace unos años un político del partido popular, llegó a afirmar que “la juventud ceutí no tenía futuro en Ceuta”, incluso se dispusieron partidas económicas para quienes decidieran irse, ¿Qué rol puede jugar su partido para generar esperanza entre la juventud ceutí, y qué medidas proponen para que los jóvenes ceutíes no se vean obligados a emigrar, como hacen actualmente?
R.- Efectivamente Ceuta no es una ciudad para jóvenes. Desgraciadamente, al conjunto de jóvenes que se desplazan a la península para labrarse un futuro que se les ha negado en su tierra natal, se les unen también las y los jóvenes que se han ido a Reino Unido, Bélgica, Alemania, Holanda, etc. Son jóvenes de todos los lugares de Ceuta pero una importante parte de ellos viene de la periferia. Nosotros lo tenemos claro: para este Gobierno, la juventud no es una prioridad y para muestra un ejemplo: este Gobierno, junto a su socio, está empecinado en regalarle 30 millones de euros al proyecto empresarial de un amiguete. Con ese dinero podríamos disponer de infraestructuras vanguardistas que, aprovechando las fortalezas de Ceuta, fueran capaces de generar oportunidades para nuestra juventud. Un Centro Deportivo de Alto Rendimiento o explotar al máximo las innovaciones en el ámbito de la ciencia y la investigación para que Ceuta sea una referencia en el Campo de Gibraltar. Nosotros tenemos un modelo alternativo de ciudad al del PP, y es un modelo donde la juventud es esencial y protagonista.
P.- Recientemente hemos asistido a la presentación de una nueva opción política liderada por un antiguo militante del partido popular, que no tardó en definirse como de `centro´, ¿Existe electorado de centro en Ceuta? ¿Cree usted en un electorado reflexivo con dotes de análisis y sin prejuicios religiosos, raciales y de pensamiento? ¿Es Ceuta una ciudad madura en esos espacios discursivos o bien no alcanza los mínimos exigidos?
R.- El centro no existe. Ni en Ceuta ni fuera de Ceuta. Los partidos que históricamente se han definido "de centro" como UCD, CDS, UPyD, Ciudadanos… han sido, o bien acabaron siendo, y sin excepción, formaciones de derechas y en algunos casos, como UPyD o Ciudadanos, con un cariz nacionalista y reaccionario muy agresivo. Hoy se nos vuelve a presentar alguien que se dice de centro-derecha, pero que asume el marco discursivo de Vox hablando de lobbies de ultraizquierda, de traidores a España y de "no tener complejos", a la vez que critica la "crispación" de los plenos, igualando a los nazis y quienes se enfrentan con ellos, pasando por encima de los contenidos programáticos y los valores que se defienden. Hablamos, además, de alguien que hasta antes de ayer ha sido consejero del PP y que ha formado parte de este partido desde "tiempos inmemoriales". Sinceramente, hay que tener mucha cara para haber estado durante años en el Gobierno y venir ahora a repartir culpas sobre cómo está Ceuta entre quienes nunca hemos gobernado. Me parece un discurso vacío, antipolítico, falsario y destinado a captar incautos.
El electorado es muy complejo. Una misma persona está compuesta de muchas identidades y en base al contexto unas adquieren más fuerza y potencia que otras. Una persona puede ser hombre, trabajador, español, y del ámbito rural. En ocasiones, y en base a qué identidad considere "atacada", lo que más le pese a la hora de votar puede ser su identidad de trabajador, o de hombre, o de español, o de persona de pueblo olvidada por las políticas nacionales. En Ceuta esto no es diferente. Hay identidades que pesan más que otras pero no es algo inamovible. Depende de elementos que están en permanente disputa política.
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