Javier Ferrándiz, fundador de la empresa Restgreen (descanso verde), es un madrileño incansable que un buen día decidió crear un féretro de cartón, totalmente biodegradable, en un intento de reducir los altos costes de los entierros y para preservar el medio ambiente.
La tendencia por un mayor cuidado del medioambiente repercute también en el sector funerario, pues aparte del aumento masivo de las cremaciones, pocos cambios se han producido en el sector dedicado a gestionar la muerte.
Sin apenas novedades y sin cambios en los sistemas, el sector viene contemplando como crece la existencia de un movimiento general, por un mayor respeto hacia el medioambiente, y de una mejor protección de los suelos, de las aguas y del aire, lo que genera cierta preocupación por los tradicionales sistemas de enterramiento.
Precios muy altos
Para ilustrar el ejemplo de la hiperinflación que tienen los féretros en España, Ferrándiz recurre a una grabación del programa de Julia Otero en Onda Cero. En una ocasión en que el programa estaba dedicado al oscuro negocio de la muerte, la emisora recibió una llamada que contaba lo siguiente:
“Yo he estado trabajando como comercial para una funeraria y me encargaba del aprovisionamiento de los ataúdes. Un ataúd que nosotros comprábamos a 80 euros, lo vendíamos a 2.800. El más caro nos costaba 295 euros y lo vendíamos en 4.200 (...) Si usted se muere sin seguro y va a contratar el servicio a cualquier funeraria, lo mínimo que le van a cobrar son 4.500 euros. Las funerarias se basan en que son momentos débiles para las personas para sacarles lo que no está escrito. Si la gente pudiera contratar los servicios por su propia cuenta, conociendo a los proveedores y eso, un entierro no pasaría los 700 euros”,
Si las cifras que expuso este hombre en el programa de radio son ciertas, explicaría por qué a Javier no le dejan entrar en el mercado. Su ataúd de cartón se vendería por unos 100 euros y, por tanto, rebajaría enormemente los ingresos de las funerarias por cada muerte.
El grueso de los ataúdes que se usan en España provienen de China, donde hay una legislación mucho más laxa. El emprendedor ratificó sus sospechas en una reunión que tuvo con Baltasar Balandrón, director de la funeraria de la M-30. “Me reuní con él dos veces y me dijo que no me podía comprar los ataúdes por no estar homologados. Yo le dije que me mostrara la homologación de los suyos y no pudo mostrarme ninguna”, explica Ferrándiz.
En 2018, tras cinco años de lucha e innumerables denuncias, Javier consiguió la homologación de su ataúd en la Comunidad de Madrid. Unida a la que consiguió años atrás por parte del Estado, le daría carta blanca para vender en España. Hoy, Javier Ferrándiz puede presumir de tener el único féretro homologado en España.
En estos momentos el emprendedor madrileño ha iniciado los procedimientos para obtener la certificación halal, lo que le permitirá ofrecer su ataúd ecológico a la comunidad musulmana residente en España y a todas aquellas otras entidades de carácter musulmán existentes en el mundo occidental, así como exportarlo al mundo árabe y musulmán.
Ferrándiz ya está realizando una serie de modificaciones en su féretro para adaptarlo al rito funerario musulmán. Entre otras modificaciones, prevé estampaciones con aleyas del Corán, distintos tipos de medidas, nuevas sujeciones, color adecuado, mayor resistencia de carga, etc.
RestGreen es un ataúd de cartón, plegable y bio-degradable. Se vende plegado y compacto, por lo que necesita muy poco espacio para su almacenamiento, solamente 2,8 m2 aproximadamente de suelo. Es ligero (11 kg), por lo que permite un traslado fácil a cualquier sitio y reduce drásticamente los costes de transporte, lo que ayuda a reducir la huella de carbono y el impacto ambiental del funeral. Resiste a una carga de más de 125 kg
El ataúd ecológico de Javier Ferrándiz es una alternativa económica y respetuosa ante el medio ambiente frente a los altos costes de los féretros tradicionales.
El ataúd RestGreen está compuesto de cartón reciclado. No tiene ninguna sustancia química nociva. La cola utilizada para su fabricación es vegetal. El interior evita, en gran medida, la dispersión de los líquidos contaminantes a la tierra y los mantiene dentro el ataúd hasta la auto estabilización completa, unas tres semanas más tarde, lo que evita la contaminación directa de la tierra del cementerio y las consecuencias conocidas, cosa que no ocurre con los ataúdes de madera, que de una forma u otra, por compresión lateral, dejan pasar enseguida los líquidos al suelo.
El ataúd RestGreen es biodegradable y su descomposición, empieza aproximadamente un mes después del entierro. Este periodo es suficiente para permitir la descomposición del cuerpo humano y la neutralización de los contaminantes que resultan de la misma. Después de un periodo de un año y medio hasta dos años del entierro, (depende de la composición del suelo), RestGreen estará completamente absorbido por la tierra. |
Para más información sobre el féretro halal: info@acoha.es