lunes. 29.05.2023
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Una autoridad religiosa atribuye las causas a una falta de sentido existencial, conectada a una profunda carencia de espiritualidad y religiosidad

Un análisis comprendido entre 1998 y 2010 apunta a que más de 30 mil personas se suicidaron en el país cada año durante ese tiempo, una tasa que se mantiene hasta el presente.

Cerca del 20% de los suicidios se deben a motivos económicos. Un 60% a motivos relacionados con la salud y a las depresiones, según un último informe encargado por el gobierno.

El asunto ha sido abordado por Isao Kikuchi, divulgador de la agencia AsiaNews, quien apunta que el drama se hizo más visible a partir de 1998, “cuando diversos bancos japoneses se declararon en quiebra, y la economía japonesa entró en recesión, así como que el tradicional sistema de empleo definitivo comenzó a colapsarse y surgió el paro y la desesperación por encontrar un trabajo”

Durante los doce años siguientes, una media de 30 mil personas por año se quitaron la vida en uno de los países más ricos y avanzados del mundo. Se trata de un número alarmante, cinco veces mayor que las muertes provocadas anualmente por accidentes en las carreteras japonesas.

Almas vacías

Rodeados por riquezas materiales de todo tipo, los japoneses tienen enormes dificultades para encontrar esperanza para su propio futuro, “lo que vendrá a producir falta de interés por la vida”, declara Kikuchi.

Una señal de cambio, aunque mínima, se registró con ocasión del trágico terremoto seguido de tsunami que causó enorme destrucción en el país en el mes de marzo de 2011. A partir de aquel desastre, que despertó un gran sentimiento de solidaridad y de unión entre los japoneses, el número de suicidios se redujo paradójicamente. Si en 2010 fueron 31.690 suicidios, en 2011 se redujeron a 30.651. En 2012, 27,858. En 2013, 27.283.

Una de las razones para estas disminuciones estuvo ligada a reflexiones sobre el sentido de la vida que e percibió entre los japoneses después de aquel colosal desastre natural.

Isao Kakuchi concluye que el trágico fenómeno está relacionado “directamente con la falta de sentido espiritual en la vida cotidiana de los japoneses”.

El obispo japonés considera que la abundancia de riquezas materiales y el acceso a un desenvolvimiento tecnológico extraordinario, “resultan insuficientes para aliviar y dar contenido al alma”.  Isao añade: “la sociedad japonesa está sumida en un desenvolvimiento material y relega a un plano periférico la vida cotidiana, lo que genera aislamiento y sentimientos de vacío, lo que a su vez produce insignificancia existencial”.

Es sabido que el aislamiento y el vacío de alma, están entre las principales causas de desesperación que conducen a poner fin a la propia vida.

La Iglesia católica

La Iglesia católica lleva tiempo intentando ayudar en esta cuestión. Ya en 2001 el Episcopado Nacional dedicó una campaña específica sobre los suicidios, todo ello mediante un mensaje que decía “Reverencia por la vida”. Una nueva versión con el mismo mensaje está siendo divulgada desde enero de 2017, abordando directamente el problema del suicidio, con una llamada a la población para que preste especial atención a todas esas personas que buscan aislarse de la sociedad.

El mensaje de la Iglesia católica avanza que la sociedad japonesa precisa más que nunca de valores sólidos. Pidiendo a la sociedad la construcción de unos principios relacionados con la religiosidad y la espiritualidad.

Nuestro apoyo a la Iglesia católica por su abnegación ante una situación tan dramática y desoladora.

Japón, más de 30 mil suicidios al año
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