miércoles. 31.05.2023

Federaciones cautivas

* El origen del cautiverio de las federaciones musulmanas tiene mucho que ver con su  propio silencio y permisividad

* La incapacidad de estas organizaciones es de tal magnitud que se torna imposible pensar en que puedan generar ilusión y esperanza

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Las palabras de Mounir Benjelloun son muy significativas, tanto que transmiten la gravedad de una situación que se hace insostenible. Las acusaciones de Benjelloun no son nuevas. Sin embargo, una vez más, caerán en saco roto. Y lo que es, seguirá.

A todo esto, también hay que preguntarse si la postura de Benjelloun es la correcta o bien debería ser sometida a valoración, en un intento de conocer si la entidad que preside hace lo suficiente para descabalgar a la CIE de sus puestos de poder.

La CIE, tal como cuenta Benjelloun, no infunde ninguna esperanza, eso es sabido, tal como se sabe también que sus miembros viven a cuerpo de rey a costa del Estado.  A todo eso, surge la gran pregunta: ¿Quién infunde esperanza?

Un análisis tranquilo de las respuestas de Benjelloun produce igual grado de desaliento, pues existen indicios racionales de que la FEERI no hace ascos al dinero que por ley le corresponde por ser miembro de la CIE y utilizarla como medio para conseguir parte de la subvención que otorga la Fundación Pluralismo y Convivencia. No parece sobrado de ética y moral que la FEERI no tome asiento en la Comisión Permanente y reniegue de la CIE por considerarla ilegítima y luego sí acepte la parte económica que consigue a través suyo, toda vez que necesariamente tiene que usar el canal de la CIE para poder justificar sus gastos y que estos le sean resarcidos.

Sus palabras acerca de que nada puede hacerse transmiten un panorama desolador, debatimiento y un profundo sentimiento descorazonador.

Si tal y como menciona, la CIE cuenta con el total apoyo de la Administración,  protegiéndola contra todo embiste que clama justicia y transparencia, y sosteniéndola administrativa y económicamente, cualquier intento renovador parece estar abocado al fracaso. 

La FEERI, como organización mayoritaria en la “oposición”, no ofrece ni parece que tenga las tablas suficientes para enarbolar un modelo de cambio que sustituya al cáncer que supone para los musulmanes de España la existencia de la actual CIE y su clon UCIDE.

En el horizonte de los musulmanes de España no se vislumbra ninguna opción de “calidad” que promueva esperanza e ilusión, pues tanto FEME como otras federaciones, carecen de los recursos humanos y materiales para estructurar una organización eficiente y moderna.

Todas estas federaciones han asumido vivir de las migajas que les llegan desde la CIE. Su dependencia no se restringe únicamente a la falta de capacidad, sino también a su escasa personalidad y falta de principios elementales, lo que facilita el "sí" a una forma de cautividad en la que encuentran acomodo. Y es por eso mismo, porque sus aspiraciones se limitan a servir y cubrir sus necesidades más básicas, evidencian que sus proyectos se han agotado. 

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